octubre 01, 2006

Doble Vínculo


Todos arriba de la pelota... ¡y Alvarito!

por Hans Baasch M.

En un primer momento pensé que estaba presenciando una fiesta de disfraces, lo digo por que no acostumbramos a vestir elegantemente todos los días: zapatos, zapatos, zapatos, zapatillas, zapatos, zapatos. Pero ¡ojo!, el Zapatillas no era cualquiera, era un neoyorquino: zapatillas, terno, polera ad hoc y lentes con estilo; excelente presencia en lenguaje laboral. Todos aprobaban la prueba de ingreso (aún no la de egreso...): tenida de gala decía la invitación.

Era una gran fiesta. Nadie tenía muy claro el motivo de tanta alegría, pero siempre es momento de celebrar, decían los más entusiasmados. La verdad es que el motivo era la licenciatura de los estudiantes de cuarto año, luego de rendir el examen de grado en enero podrán optar entre seguir el quinto año o realizar algún postgrado, y los que sigan por el título profesional se separan en menciones. ¡FIESTA!

Allí veíamos a profesores emblemáticos de la escuela conversando en sus mesas, a funcionarios bailoteando de lo lindo, a compañeros intentando sacarse fotos con sus profesores cuán fans con sus ídolos de los quince años. Luego del cóctel de bienvenida: discursos, concursos, entrega de premios, cena y baile hasta las 5 de la mañana. Nada mal. Una noche redonda.

En un primer momento pensé que estaba presenciando una fiesta de disfraces, observaba como todos, yo incluido, vestíamos de maneras que no acostumbramos. Algunos hasta se cortaron el pelo para la ocasión. Para la mayoría el vestir así es, incluso, incómodo; sin embargo allí permanecían estoicamente con su elegante tenida. Claro, la invitación dejaba las cosas bastante claras: “se requerirá tenida de gala”.

Era una gran fiesta. Nadie tenía claro el motivo de tanta alegría (¿hacer una fiesta por hacer una fiesta?). La verdad es que el motivo era la licenciatura de los estudiantes de cuarto año, estudiantes que, por cierto, aún no se licencian. Primero deben rendir, en enero, el improvisado examen de licenciatura, como lo nombró alguien por ahí. ¡FIESTA!

Allí veíamos a profesores emblemáticos de la escuela conversando en sus mesas, a funcionarios bailoteando de lo lindo, a compañeros intentando sacarse fotos con sus profesores cuán fans con sus ídolos de los quince años. Luego del cóctel de bienvenida: discursos, concursos, entrega de premios, cena y baile hasta las 5 de la mañana. Nada mal. Una noche redonda, sin pies ni cabeza.


Al final no más que empezó a guatear... =P