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noviembre 01, 2006

Bienvenido a Psicología: Elige tu Mentira

Los caminos y las verdades

Hay algo de lo que uno puede como darse cuenta en psicología. En tercero uno estudia cada teoría y va viendo cual es la que más le gusta, en cierta forma como si tuviera que elegir. Pero uno habla con egresados y con psicólogos que ejercen y uno suele escuchar que adoptaron una visión más ecléctica, que toman un poco de cada teoría, según sea lo mejor para la práctica. Parece que la mayoría prefiere quedarse con una mezcla de las distintas teorías, que parecían mucho más excluyentes cuando uno las estudió.

Creo que algo semejante ocurre con las religiones y espiritualidades. Puede interpretarse que son distintos caminos hacia un mismo fin. Creo que esa es la opinión que prima entre nosotros. Puede pensarse que la paz sentida en misa no ha de ser muy distinta a la alcanzada en la meditación, o que la comunión de la eucaristía no sea tan distinto al sentimiento expansivo de conexión con el Todo en algunas espiritualidades. Las diferencias y semejanzas serán un tema muy interesante si se toma esto no con superficialidad. Se acepta por lo menos cierta relación o respeto que permita el diálogo o la convivencia, uno de los valores mayores quizás para varias religiones y espiritualidades. Por esto mismo muchas veces la posición dogmática es muchas veces criticada y mal vista, en diversas formas, como en el catolicismo y el islam. Dentro de varias razones, también seguramente por romper la posibilidad de contacto y diálogo entre personas.

Entonces habría creo yo cierta tendencia a pensar que las distintas creencias religiosas o espirituales son distintos caminos, distintas visiones.

Esto me parece semejante a las diferencias de perspectivas entre las personas que podemos ver cualquier día, es impresionante ver cuando uno conversa con alguien cómo esa persona ve cierta cosa, tan distinto de nosotros. Son como cosmovisiones distintas, ver las cosas distintas, ver y enfrentar la vida de otra forma. Cuando es mucha la diferencia a veces, uno no puede creer que la otra persona este viendo aquello así, es abismante.

Creo que con experiencias como dan para creer que mas bien hay verdades, mas que una sola verdad. Y no verdades como una misma cosa a la que esas verdades apuntan, sino que mundos distintos efectivamente.

Cada uno con su propia cosmovisión, su propia forma de ver cada cosa, sus propios colores, sus propias imágenes. Y con la semilla de su propia poética por desplegar. Entonces el mundo sería multiversos, millones de lugares por conocer, nuevos colores por ver, que surgen de cada uno.

Eso ha sido en general, se está acabando el ezquizoide. La idea un poco es proponer que la duda es más interesante, que es tan fructífera. Puede uno jugar a mirar las cosas como en un calidoscopio, variando las perspectivas. La idea es poder ver más. El mundo está por descubrirse y hay muchos marcos y formas de entender que limitan esto. Ver más en las personas también, ojalá podamos ver a las personas profundamente.

por Nicolás Amaro

septiembre 01, 2006

Bienvenido a Psicología: Elige tu Mentira

Reflexión sobre Berkeley y lo abstracto

Lo abstracto, ha ido ganando espacio he importante según el tiempo avanza. La capacidad de abstracción es una de las habilidades de las funciones “superiores” que definen la inteligencia, se habla también de un proceso de racionalización a nivel de cultura y de sistemas sociales.

De alguna forma, vamos en dirección hacia la preponderancia de lo racional y lo abstracto. Lo son los códigos como el binario que funda los computadores, lo son las matemáticas y la lógica, y el lenguaje entendido de cierta forma.

Es extraño lo abstracto. Para mí está relacionado con la separación de la gente, la individualización, el frío afectivo entre la gente. Puede entenderse que la racionalización dio origen a la industrialización, el trabajo mecánico, la deshumanización y las guerras. Dio origen también a la concepción cartesiana del mundo. Y por una extraña razón pasó a ser quizás el lugar de Dios, lejano allá en el cielo, para algunos.

Fijémonos en las ideas abstractas a partir de las ideas de Berkeley, filósofo irlandés nacido en 1685. Las ideas abstractas son las ideas generales, que pueden hablar de varios individuos a la vez, los géneros, las especies, los conceptos para nosotros. Por ejemplo: hombre, mesa, perro.

Entonces a continuación habría que definir lo que es un hombre. La definición de hombre tiene que ser una que hable de todos los hombres y ninguno a la vez, según lo plantearon los empiristas como Locke con los que discutía Berkeley. Hagamos entonces un ejercicio entretenido: pensemos en el concepto de hombre, imaginémonos el concepto de hombre. Bueno, primero que nada está claro que nadie puede imaginarse un concepto, me refiero a una imagen de concepto. Pero imaginémonos lo que es hombre. Fijémonos bien en esa imagen de hombre, creo que en general nos pasará que siempre que imaginemos a un hombre nos imaginaremos a un hombre con determinadas características, o sea con cierto brazo, con cierto pelo, con cierta ropa. Es decir: ¿podemos imaginarnos un hombre que no sea ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco? Siempre que nos imaginamos un hombre, nos lo imaginaremos con ciertas características, con cierto pelo, café, rubio, negro, pero no podemos imaginarnos un hombre con cualquier pelo, o todos los pelos. Estas cosas no podemos ni imaginarlas ni dibujarlas, ¿será entonces que pensamos con ellas efectivamente?

¿Cuáles serían las ideas abstractas entonces? Esto es curioso ahora: si cuando pienso en lo que es hombre siempre pienso en algún hombre, entonces ¿cómo pensar en los hombre en general?

Cuentan aquellas anécdotas antiguas que son cuentos, que un día, Diógenes Laercio, de la escuela cínica de Grecia, que aparece recostado en las escaleras en la famosa pintura “La escuela de Atenas”, se reía de Platón por ideas semejantes. Se le preguntó una vez a Platón sobre qué es el hombre, a lo que respondió: “el hombre es un bípedo implume”. Frente a esto, Diógenes tomó una gallina, le sacó las plumas y se la tiró a Platón diciéndole “ahí tienes a tu hombre”.

De alguna manera, las ideas abstractas dejan de referirse a las cosas que se supone refieren. Pasan más bien a referir algo inimaginable. Tengo una mesa roja de madera. Podríamos reflexionar sobre las clásicas características esenciales de la mesa. De las cuáles, el color se vería excluido, según dicen los clásicos que esa es una cualidad secundaria. Puedo prescindir del color para tener una mesa. Pero, no puedo prescindir del color para referirme a esa mesa. Podré hablar de las mesas y que tienen cuatro patas y de su función. Pero para esa mesa roja de madera, para que yo esté hablando efectivamente de esa mesa, cada una de sus características son completamente esenciales. Sino podría confundirla con otras. Entonces, ¿qué es una mesa?

Para la psicología, cosas que me parecen relacionadas a mí, dice Laing cuando habla de la experiencia. Las acciones han pasado a seguir a principios abstractos que se han vaciado con el tiempo. Estos principios y nuestras ideas actúan con violencia sobre nuestra experiencia. Esto no debe sonar tan raro, el alejamiento del hombre moderno de su cuerpo y de lo que siente, de lo que es vivir.

El tema de las abstracciones puede tomarse a través de las clasificaciones en la psicología, tema que suele despertarnos una cierta inquietud. ¿Cómo conocer a la persona, al paciente? ¿Cómo acercarse a él?

A veces pareciera que el conocimiento sigue abriéndose hasta rajarse, después de un tiempo pareciera que valen más las preguntas que las respuestas. No es tan raro pensar que en los últimos días de cada uno, las preguntas quedarán abiertas.

agosto 01, 2006

Bienvenido a Psicología: Elige tu mentira

Compañeros: dudas, incertidumbres y lagos nocturnos viajan de arriba abajo por el cosmos y el mundo de la vida. Siempre cercano a los contornos de las teorías y modelos aparecen algunas dudas. El problema de la certeza, de la certidumbre, del saber, ha sido problema para toda disciplina concebida por el hombre, las ciencias, las humanidades, ha sido y es problema para la física o la biología. Lo fue para la física en tiempos mozos, en que se desvelaban genios frente a ecuaciones, que no lograban explicar lo que veían frente a un experimento. La física cuántica deriva en el uso del método probabilístico, la partícula escapa al hombre que redacta el principio de Incertidumbre. “La realidad como programa”, “la física es metafísica”, declaradas por el físico más famoso: Einstein. En esas preguntas se movía aquella disciplina sobre la que se inspiraban otras, como la psicología en su momento, antes de los tiempos erráticos de la gestación de la física cuántica. No muy distintas cosas ocurren en psicología, ni en otras disciplinas, no ya respondidas son hoy esas preguntas. Se abre moza la incertidumbre del primer psicólogo frente a su paciente, en su primer día. Trata de articular cosas con las teorías y modelos que trae de la universidad. Frente, tiene el inmenso mar que son los ojos.

Teorías no comprobadas racionalmente, algunas no comprobables de hecho (crítica de Popper al psicoanálisis), teorías que no pueden ser seguras, por naturaleza.

Estudios probabilísticos, epidemiológicos, etnográficos, teóricos. Incertidumbre de clasificaciones, etiquetar al paciente. Según dirá el doctor Caponni (2003), el diagnóstico no será ni objetivo ni subjetivo, sino ético. Una elección completamente libre. Se dice que las teorías jamás han querido presentarse a ellas mismas como certeras, pero a mí me parece que a veces nos movemos con una confianza que se deja llevar sin cuestionamientos y que fácilmente olvida algunas consideraciones. Quizás no apurarse tanto, dejar que la duda reverbere un momento más. Sobretodo en nuestra disciplina, y como en otras más, el conocimiento se dirige ahora hacia la funcionalidad, lo práctico, no ya buscando un conocer, o una mejor certeza, un conocer mejor. Se habla de una época de falta de certezas, se habla de los posmodernos que quieren tirar las teorías a la basura; se habla de consideraciones culturales, se habla de clasificaciones que encajonan, de tratamientos que deshumanizan. Conocer es limitar, parcializar; definir es enmarcar; conocer es desconocer. La precisión es un consenso, entre dos números siempre hay otro; la lógica es una tautología, las matemáticas una estructura vacía. Las teorías y conceptos son históricos, pasarán con el tiempo; un día nació el oxígeno, otro día nació el hombre según el hombre, y otro día un físico publicó un libro describiendo los primeros minutos del universo.

Mientras, Don Juan habla de ver. El misterio permanece en silencio. Frente al Kosmos, el orden universal, preferible el Tao, oscuro, caótico, silencioso, en movimiento.

Hagamos aquí un espacio para las preguntas, dejemos las preguntas abiertas.

por Nicolás Amaro