agosto 01, 2007

Eskizorial

«La distinción entre cordura y locura es más estrecha que el filo de una navaja, más afilada que el colmillo de un sabueso, más ágil que el salto de una gacela. Es más engañosa que el más sutil de los fantasmas. Quizá ni siquiera exista; quizás es un fantasma» (Dick, 1981, p. 70)

Estimados psicologuitos:

El Esquizoide se complace en presentarse a sí mismo. Una vez más, logra superar la barrera del tiempo y se convierte en el primer pasquín de la historia de nuestra Escuela en salir en septiembre pero ser el número de agosto. Como podrán apreciar nuestro funcionamiento esquizoide es cien por ciento eficaz.

Hemos sabido por ahí que las ediciones anteriores no le han llegado a todo mundo. Pésima noticia; pésima volá. ¿Cómo es posible que no exijan su Esquizoide cada mes? Es más: en el CEPS todavía quedan copias del número anterior (junio). Y en el peor de los casos, siempre nos pueden leer en nuestro flamante blog que tiene todos los números con todas sus columnas y respectivos dibujitos. Incluso tiene columnas inéditas nunca aparecidas en la versión papel (¿increíble no?). ¿Qué estás esperando? Sólo teclea: http://el-esquizoide.blogspot.com. Ahora no hay excusas.

Aprovecho de agradecer a todos los seres humanos que colaboraron con nosotros en esta edición. No hicimos la típica lista de créditos porque la mayoría está con nombre y apellido y los que no están se iban a adivinar por descarte (este mes sí respetamos la privacidad). Eso sí, se nos quedaron en el tintero alguna que otra reseña sobre el Psykus o COLAEPSI los dos eventos más importantes de los últimos... días. Si alguno de nuestros respetables lectores se anima a compartir su psicológica experiencia, estaremos ansiosos de publicarla entre estas páginas.

Y otra cosa más: un saludo para CEPS que anda enviando mails y echándole la foca a nuestros propios compañeros. Hacía falta una polémica como esa por nuestras casillas. Un saludo también a la Javi Garretón que esperamos haya vuelto a Chile o recuperádose de su enfermedad (dependiendo del tollo del momento).

Koala koala YAAA!!! (que estoy caliente, ¿cierto Rocío?)

"Ah? Koala qué? Nooo?!!! Uuhhhh!!! Qué fuerte!!!, pero igual choro". Esa debe haber sido la sensación de muchos al escuchar esta estúpida canción. De partida se nota que la hicieron a la rápida con la única intención de ganar plata lo más fácil posible, porque es igual al meneito de hace 10 años atrás y la Marengo, aparte de sus dos buenas razones que tiene para salir en la tele, no tiene nada más.

Salió que hasta los senadores y diputados andaban con el bailecito. Pero ¿cómo no van a andar con el bailecito? Si unas “periodistas” anduvieron tirándosele a medio mundo encima como si hubieran tomado yumbina o no sé, de hecho a muchos los botaron al piso con esta “simpática“ maniobra, siendo unas de las cosas más patéticas que he visto en la TV y eso que veo harta mierda.

Realmente lo que es patético es que se haya perdido la capacidad de sublimar y que muchos queden idiotizados con un baile tan brutal, tan violento, tan chocante y que a la vez se encuentra rico, bueno y todas esas cosas. Me preocupan varias cosas. La primera es que todos los canales y programas agarraron la “onda” del Koala y por efecto de fama la gente se idiotiza. Eso a su vez tiene dos ramas: por un lado, como es muy famosa esta cuestión, la persona siente ganas de “bailarlo”, entonces crean la necesidad de estar caliente cuando se baila, aunque no se note. Los bailes ahora son, rompe, patea, gózalo, muévelo, levanta, baja las manos (puras weás, sinceramente). En un análisis comparativo de letras de las músicas del pasado y las de ahora claramente hay diferencias monstruosas.

Se me podría contra argumentar que las canciones románticas no son de sexo, pero esas son peores, porque ahora la cuestión dice que si tú te vas, yo ya no doy la media vuelta, sino que me mato de frentón o no soy nada o que sé yo alguna cosa media psicótica. Por otro lado, esa falsa calentura adormece o insensibiliza cosas más sublimes, como el amor de pareja (la que está rica es la que me gusta, porque tiene buen poto y buenas tetas) o la música hecha con dedicación y no con máquinas, donde los botones hacen todo. Te meten un concepto de belleza y después con ese te venden mil porquerías, porque están dominados por un patrón implícito de cosas. Es interesante que si bien en un nivel hay cosas muy explícitas, dando la sensación de poder mostrar ya nada más (por ejemplo nacen preguntas como: ¿y después koala en pelota?), por otra parte hay muchas cosas que descubrir y actuar en base a ello. No quiero decir que la posición no se haga o que es indecorosa en si misma, lo que honestamente me molesta, es que sea así de difundido y así de gratuito, (sexualicémonos porque sí, estoy caliente Rocío, cierto?)

Lo segundo que me preocupa es qué hacer para limar esta nueva ética del koala. Algunos dirán “es lo que me tocó vivir no ma, no hay que ser tan cartucho”, a esos no hay que pescarlos. Lo que veo que se puede hacer es justamente lo que estoy haciendo con este escrito, es sensibilizar a todos de lo que está pasando y ser más naturales, como dice Rogers “tener sabiduría organísmica” (eso implica en este momento, NO DEJARSE LLEVAR SINO CUESTIONARSE) que sepamos cuando se está imponiendo cosas que podrían ser de otro modo, y que de la forma como se están planteando, es una forma que no está bien, va en contra de lo que no nos parece. Que aquellos grupos de poder como los medios de comunicación y los “artistas” de quinta, no la ganen tan fácil, HAY QUE IR PIFIAR AL FESTIVAL, NO HAY DISFRUTAR ASI NO MA.

Y lo tercero que me preocupa es que los hombres que me ven me dicen: “koala koala yaaa!!” y yo soy macho no hembra...

Atentamente,
UN koala

The Chimney Sweeping

Insertar Título coqueto
(O sobre una noche femenina en un bar)

Una de las cosas que detesto –que visceralmente detesto– es la psicología de sobremesa, de programas de bajo presupuesto y de Revista Ya. Esa psicología plagada de lugares comunes, angelicales intenciones y frases de buena crianza. Se me revuelven las tripas cada vez que oigo a un ingeniero repetir las burradas que dijo el psiquiatra/astrólogo en la revista Corazoncito, como si fuese la verdad revelada. Detesto con el alma que, hoy por hoy, todos se crean doctores en Psicología, apelando a superficiales y dudosos conceptos escuchados al pasar.

Pues bien, hace un par de días estaba en un bar con dos amigas de la Escuela; psicólogas que habíamos odiado la sección abracitos de Teoría Humanista y que, fascinadas por el glamour del psicoanálisis, figurábamos ataviadas al decimonónico estilo vienés (1). Debatiéndonos entre la envidia del pene, el daiquiri y el significado oculto de la paja y el limón de la piscola, apareció un espécimen digno del reparto de Alguien te mira, y no precisamente por tener una humanidad parecida a la de Rudolphy, que majaderamente insistió en sentarse con nosotras. No sé si habrá sido por las condiciones etílicas o una conjugación de los astros, conspiración de los dioses o avatares de la Pachamama, que él terminó haciéndonos un psicoanálisis barato y explicándonos por qué los loables principios de la Economía, mezclados con las enseñanzas de la tía psicóloga de Pasiones y la física cuántica en Marte, se aplican para entender cómo msn es un atentado para la comunicación entre los lobos marinos y los fetos de jirafa. Huelga decir que estábamos más aburridas que acuario de almejas y que nuestro narcisismo ya no era alimentado por este peculiar engendro. Por tanto, decidimos castrarlo simbólicamente (valga la aclaración: castrarlo realmente hubiese sido una afrenta contra la estética y, de paso, contra la moral y las buenas costumbres), de modo que el personaje se diera por enterado que su falo no era objeto de nuestro deseo.

Más allá de nuestras risas posteriores, concluimos dos cosas: primero, que la próxima vez que aparezca un sujeto sacado de guión de Tim Burton, optaremos por decir que somos un trío frustrado de lesbianas amargadas, que odian con locura a todo poseedor de una semiautónoma protuberancia colgante. La segunda conclusión, tiene que ver con la aversión por los nuevos PhD mula de Sicología (sic), graduados de la Universidad Ya y del Instituto Horóscopo Farandulero (2). Así, concluimos acerca de las bondades de emprender una cruzada contra la Psicología de Bolsillo.

Hoy estamos ávidas de adeptos: sólo se requiere una encantadora arrogancia, un hígado destrozado por el alcohol y cultivar el estilo vienés... sobre todo, cultivar el estilo vienés.


(1) Lector distraído o adorable novato, el estilo vienés hace referencia a la Viena de Freud y versa sobre un estilo adoptado por los psicoanalinitos de la Escuela, es decir, ropa ligeramente formal y usualmente oscura, para generar una imagen de intelectual misterioso (también hay lanas, pero eso es ya otra histeria).

2 ¡Llame ya! ¡Le ofrecemos un océano de conocimientos con un centímetro de profundidad!

Cultura Psi

Hay un libro made in Chile intitulado "Trastornos de Personalidad: Hacia una mirada integral". Es un gran compilado de artículos de varios autores (varios de nuestra flamante Escuela) cuyo precio en el mercado es de un Andrés Bello (o dos Arturo Prat, o cuatro Gabriela Mistral... se entiende). No sé qué les habrá dado a los filántropos de la Sociedad Chilena de Salud Mental, pero si ingresan a su sitio van a poder bajarse este manso libro (de cientos de páginas) completamente gratis. (Y yo que ustedes me andaría apurando, no vaya a ser que se arrepientan o que se den cuenta del "negocio" que están haciendo).

Hace algún tiempo publicaron en Psychology Today un artículo que nos cuenta diez descubrimientos políticamente incorrectos sobre los humanos. De la mano de la psicología evolucionaria (sí, la de la selección natural, nada que ver el ciclo vital) se nos revelan sabrosos misterios como por ejemplo: por qué a los musulmanes les gustan suicidarse haciéndose explotar, o por qué las rubias serían más atractivas, o cuál es la razón de la midlife crisis, o por qué la gente “linda” tiene más hijas mujeres, entre otros. (Por supuesto, hay que leerlo con el pensamiento crítico que “tanto” nos promueven en la Escuela).

No hace mucho, la revista Discover publicó un artículo con los diez misterios aún no resueltos sobre el cerebro. Para que se hagan una idea del tipo de preguntas: ¿Cómo se codifica la información en la actividad neural?, ¿qué es la inteligencia?, ¿cómo se representa el tiempo en el cerebro?, ¿qué es la conciencia?, y otras más. Espero que estos tipos tengan suerte. Quizás algún día la ciencia experimental logre hacer que sus “descubrimientos” calcen con nuestros conceptos de memoria, conciencia, inteligencia, etcétera.

Por alguna casualidades de la vida, encontré el otro día en Psicologico.cl unos vídeos del COLAEPSI (el congreso latinoamericano de estudiantes de psicología que se celebró en Perú hace algunos días). En uno de ellos aparecía –nada más ni nada menos– que el profe Germán Rozas de Comunitaria dando un saludo a los estudiantes. Quién iba a pensar que este profesor que aparentaba ser low profile iba a ser toda una estrella del youtube criollo.

Por cierto, si quieren estar al tanto de las actividades psicológicas que se están dando por nuestro país (congresos, charlas, talleres, etcétera), un buen sitio que visitar es un blog dependiente del proyecto MenteSana. Manejan bastante información sobre las cosas que se están haciendo, para todos los interesados en ampliar el currículum experiencial (a falta de pan, buenas son las tortas... Según la Jessy esta es otra razón más para cambiar la malla curricular)

El currículum del bicentenario

El 2010 no sólo le trae el monumento nacional, la campaña publicitaria, el afishe conmemorativo... sino que le trae también, todo lo que es... la nueva malla curricular EPUC.

¿Cambian la malla? ¿Quién la cambia? ¿Qué pasa conmigo?

Sí, el comité curricular de la escuela –que cuenta con una representante estudiantil, columnista estable de este pasquín- por estos días se ha imbuido del espíritu y la tradición de nuestra escuela –la que, by the way, cumple 50 años– para elaborar una nueva propuesta curricular. Contigo, en términos de cursos, no pasa nada, pues sigues con tu currículum vigente (que está desde el 2003).

Pero de todos modos, “todo pasando”, porque la nueva propuesta, pretende –justamente– perfeccionar todos aquellos aspectos que hoy están fallando: la abismante diferencia entre secciones (la buena, la desconocida y la horrenda), el sesgo del profesor que pasa la materia que a él le gusta/acomoda, la falta de actividades que no impliquen la lectura solitaria de una fotocopia y el sesgo clínico evidente. Todo ello, claro, dentro del marco de todas las maravillas que llenan a la escuela del prestigio que ostenta, y todo lo que te sedujo para elegirla [a pesar del arancel].

Se vienen, además, algunos aportes interesantes que contribuirán a hacer del psicólogo EPUC, un personaje sólidamente formado –as always– y preparado para actuar en contexto.

Sí, sí... sé que tu suspicacia de siempre, te hace dudar de la veracidad de esta maravilla de malla. Pero este cambio curricular no se trata de adornar los nombres de los cursos y ya, me atrevo a decir que esta propuesta ‘le lleva’ un cambio organizacional que implica –por ejemplo– que los profesores del ciclo bachillerato (los primeros dos años) estén al tanto entre sí; además de una instancia –el comité curricular EPUC– que vele por la pertinencia y la calidad de la enseñanza. La escuela se la está jugando por una formación de excelencia –desde la base de lo que ya tenemos–, a partir del progreso en todos aquellos aspectos débiles que ha dejado entrever la experiencia.

Esta propuesta curricular ya tiene forma, pero está abierta a las sugerencias. Muy pronto estaremos informando de las instancias abiertas para conocerla, discutirla y mejorarla.

Así que la próxima vez que te salgas de una clase en el recreo porque no amerita más de tu tiempo, piensa en todo aquello que te gustaría mejorar o imagina qué haría que un curso mereciera todos tus [valiosos] puc-puntos.

Esta es la oportunidad de que tus ideas dejen de ser un descargo inútil o un simple murmullo. Opine >aquí<.

Dudas, comentarios, sugerencias.

Gatomanía

por Cecipop

Al parecer tengo lo que el DSM-V postulará como "gatomanía". Sí, muchos de los que me conocen ya habían caído en cuenta de mi maniática obsesión por la estética gatuna. Y me dicen "¿Por qué te gustan tanto los gatos?" y yo les digo: "no sé". No es que trate de ocultar ni la verdad de mi esencia, ni alguna enfermedad zoófila, sino que simplemente no sé por qué! De pronto un dato iluminador sería este, que acabo de ver en la página principal de Flickr: "52.788 fotos etiquetadas como "gato"". No dice otros datos como chorromil fotos etiquetadas como perro, ni como peces, aves, incluso insectos o personas. ¿Será que hay algún gen humano desperdigado por el mundo, viajando de gente a gente desde la época de los egipcios? ¿será que los gatos son algún arquetipo del inconsciente colectivo? ¿será que influye el convivir con gatos en la temprana infancia?

Según mi experiencia, todas las alternativas podrían ser correctas. Y según el constructivismo no existe una alternativa única ni verdadera, depende de cómo lo cuentes y qué es lo que cuentes.

He tenido innumerables gatos, y siempre que se va o se muere el que tengo, procuro hacerme de otro prontamente (menos después de la muerte de Tito, que me tomó algunos meses superar). Eso porque encuentro que si cada persona del mundo se hiciera responsable de uno de estos animalitos, no existiría la infelicidad :)

Eso sí que hay que tenerlos de a uno, porque son más celosos... o la otra es criarlos juntos como hermanos (miembros de una iglesia?) desde pequeños.

Me acuerdo del día en que fui a buscar a Nube... ya filo, a nadie le interesa esa historia.

Mejor pasemos a los criterios diagnósticos:

Gatomanía

Dibujo original extraído de opengallery.org. Derechos públicos.

Patrón de conducta que teóricamente pudiera llegar a ser desadaptativo, caracterizado por la compulsión a adorar (si es dependiente) o a gustar (si es sólo abuso) de cualquier cosa que se parezca a un gato. Ej: "mira que linda esa nube, tiene forma de gato!". Además de este criterio definitorio, debe cumplir con tres o más de los siguientes ítems:

  1. Tener uno o más gatos (verdaderos). Puede llegar al extremo de tenerlos imaginarios. Si es así, sume un punto más.
  2. Compulsión a acariciar a cualquiera de estos animales, ya sea los encuentre en la calle, tengan pulgas, enfermedades infecciosas o no. Esto ocurre por la distorsión perceptiva que ocurre en los casos de dependencia, donde todos los gatos son vistos como hermosos.
  3. Compulsión a adquirir objetos que simulen la forma de un gato, pese a que esto le traiga problemas económicos y/o legales.
  4. Ver formas de gato en el test de Rorschach. Ponga cuidado si es en las láminas I, V o X.
  5. Vestirse con accesorios con forma de gato, pese a estar en una edad en que no se debería (patrón desaptativo social).
  6. Hacer zapping en la tv hasta que se encuentre con alguno de estos animales, ya sea en formato dibujo animado o en real (como programas de Animal Planet).
  7. Tener más fotos de gatos que de personas en su PC.
  8. Haber tipeado la palabra "gato" en cualquier buscador de imágenes.
  9. Creer que cualquiera que tenga gato es buena persona.
  10. Andar con comida para gatos en los bolsillos, "por si encuentra alguno hambriento" en la calle.
  11. Celebrar el cumpleaños de sus gatos. Si les compra regalo en navidad, sume otro punto.
  12. Incapacidad de quitarse al gato de las piernas si este está durmiendo, pese a tener cosas importantes que hacer en el ámbito social, laboral o académico.
  13. Creencia deliriosa de que la vida sin gatos no tendría sentido y/o que algún gato le ha salvado la vida.

Como los criterios diagnósticos aún no han sido publicados, se reciben sugerencias.

Extraído con permiso del autor desde su blog.

Caso Abierto

Hoy: Cristianismo y sistemas económicos

El Esquizoide es una instancia de diálogo entre quienes constituimos esta escuela. La nueva sección, “Caso abierto”, es uno de los lugares donde se abren las puertas a los diferentes discursos, opiniones, quejas, comentarios, alabanzas, ironías y demases sobre diferentes posiciones respecto a temas polémicos de diversas índoles y que de alguna u otra manera nos atañen no sólo como futuros psicólogos sino también como personas con juicio y opinión, las cuales influenciarán (queramos o no) tanto en nuestro entorno directo, como en el lejano. Pero ya basta de metacolumnistería, y vamos al tema.

Las preguntas fundamentales de hoy son: ¿Es el cristianismo más viable con cierto sistema económico? O ¿Una cosa es la religión y otra los negocios? ¿Las relaciones económicas determinan las relaciones sociales (y por tanto religiosas)? Es evidente que en este espacio no podremos dar una perspectiva que abarque decentemente dichos cuestionamientos, y el fin de la columna es el incentivo de tomar posición o elaborar una respuesta, y sino al menos preguntarnos que pensamos de ello.

La tesis que sostiene quien escribe, es que el cristianismo es más viable/compatible con el sistema económico marxista que con el capitalista. Esto porque pienso que las relaciones económicas influyen en gran medida en las relaciones sociales y, por lo mismo, en un sistema capitalista se dificulta enormemente la tarea del cristiano, ya que tiene que remar en contra de la corriente materialista sumamente competitiva, donde el “tener” llena el espacio de quienes somos, de nuestra autoestima; lo que nos esclaviza y nos incita a ocupar el tiempo en mantenernos bien ponderados, antes que a preocuparnos por el del lado, el prójimo. También otro elemento que se suma, es el resentimiento consecuencia de la combinación de la miseria, la publicidad y la conciencia provocadora de saber que el vecino lejano (que vive en un barrio sin delincuencia, ni tiroteos; con áreas verdes y sin smog) gana 100 veces el sueldo de la mayoría. Ese sentimiento que ronda en Chile de sentirse trapeados, hace que el cristianismo, o más bien los cristianos nos sintamos dificultados en cumplir nuestros principios, porque el sistema económico está constantemente boicoteando estos ideales, como si nos estuviera diciendo: «Aunque se esfuercen, la guerra está pérdida. El egoísmo predomina absolutamente. La panacea del “chorreo” capitalista triunfó. La generosidad lastimosa funciona como chivo expiatorio para los beneficiados del sistema, todo está resuelto. Renuncien a su lucha. Súmense. Vendase al sistema, es lo que hay».

Frente a esto, el cristiano se reniega, y piensa que aunque la guerra al parecer está perdida, el trabajo por el reino de Dios debe llevarse a cabo contra viento y marea. Y por esto en vez de renunciar a sus propósitos a causa de su desventajosa posición, recibe la contingencia con esperanza e intentando hacer innovaciones dentro de un sistema económico que no es el que soñó Cristo para quienes profesan ser sus testigos.

El espacio me limita a ir más allá en este vasto tema, pero como el título de esta columna lo dice, este caso queda totalmente abierto a sus comentarios, respuestas, posiciones, críticas, correcciones, etc.; ya sea en el blog o directamente escribiendo en esta, la revista de la escuela.

Crean en él

Trastornados… ¿hasta qué punto?

Jesu Rebolledo

Hoy quedé asombrada después de la clase de psiquiatría adulto. En plena clase, se entrevistó a un paciente que mientras contaba su historia de vida y causa de internación médica, me preguntaba constantemente qué de loco tiene este “loco”. Y cuestioné mis creencias respecto al significado dado a la normalidad y la locura. Es sabido que la normalidad corresponde más a un dato estadístico que una verdad o realidad irrefutable. La normalidad es respetar y vivir dentro de la norma, lo socialmente establecido, por lo tanto, cualquier persona contra esa norma sería considerada loca o trastornada.

Ahora, en la sociedad hay normas necesarias y positivas que mantienen el respeto y el orden entre las instituciones y las personas, pero qué pasa si nosotros, como psicólogos, estamos ante una persona que afirma tener contacto con Dios, sentir la energía del Universo, que hace años medita y reconoce tener activado el llamado “tercer ojo”, asociado a la glándula pineal o epífisis, glándula que secreta melatonina, hormona que se dice regenera las células, regula el sueño, disminuye el estrés y cura enfermedades como el cáncer y el SIDA... importante, ¿no creen? ¿Diagnosticaríamos presencia de delirio y alucinación? ¿Esta persona está sana o mentalmente trastornada? ¿Qué tal un tipo de esquizofrenia?

Hoy la psicología transpersonal reconoce y trabaja con estos temas considerándolos un tema importante en el desarrollo emocional, mental, físico y espiritual. ¿Es muy difícil creer que una persona pueda estar más evolucionada en esos ámbitos y por eso diagnosticar por ejemplo esquizofrenia? ¿Se estará patologizando lo que debería ser un avance en el ser humano?

Es sólo una duda ante nuestra labor de diagnosticar y dirigir el tratamiento de una persona, una persona que lo más probable modifique su sistema de vida ante nuestros consejos, y que posiblemente no sea la mejor solución a sus problemas.

Considero mejor conocer a la persona en profundidad e intentar entender lo que siente y cómo ve su vida, para ayudarlo en lo que necesite, no en lo que nosotros creemos que necesita, podemos equivocarnos. ¿Qué sientes tú?

Enacción, cibernética de la cibernética, psicoanálisis intersubjetivo y mindfulness… ¿o cuatro patitas de una misma cueca?

por Víctor Hugo Frigerio
Psicólogo

Llama la atención que durante los últimos veinte años, la tradición psicoanalítica ha evolucionado congruentemente en la misma línea de la cibernética de segundo orden. En este sentido, ha existido en el psicoanálisis un distanciamiento de la apreciación del terapeuta como un observador neutro y no participante en lo que conoce, que queda marginado del campo relacional y que puede observar el fenómeno desde un punto de vista objetivo, hacia una visualización del terapeuta como un protagonista y agente activo que está inevitablemente inmiscuido, constituyendo una parte esencial de la realidad terapéutica que esta conociendo.

Al respecto, Harry Stack Sullivan (1954), señala que el terapeuta tiene una implicación inescapable e inextricable en todo lo que sucede en la situación analítica. El terapeuta nunca puede ser un observador imparcial que se mantiene apartado del fenómeno observado. Por su parte, Atwood y Stolorow (2002) al igual que Donna Orange y Brandshaft (2001), postulan que es imposible que la subjetividad del analista quede fuera del espacio analítico y por lo tanto no influencie la experiencia del paciente. Igual dinámica emergería desde el paciente, aspecto que ha sido estudiado por el psicoanálisis, mediante las implicancias de la identificación proyectiva. Jay Greenberg (1995) capta este sentido de la co participación o mutualidad en el concepto de Matriz interactiva. La matriz interactiva es modelada, a cada momento en todo tratamiento, por las características personales del consultante y del terapeuta. Estas incluyen las creencias, los compromisos, las esperanzas, los miedos, las necesidades y los deseos de ambos participantes. Sólo en el contexto de la matriz interactiva adquieren sentido los sucesos de la terapia.

Como establece Aron (1996) existe una mutualidad entre ambas partes de la díada terapéutica implicando un proceso de regulación recíproca entre el paciente y terapeuta. Éstos se influyen continuamente tanto a nivel consciente como inconsciente. Otro aspecto conlleva la negociación permanente de las metas, actividades y los parámetros que sustentan la viabilidad misma de la psicoterapia. El psicoanálisis relacional amplía los conceptos de Atwood y Storolow proponiendo la idea de una relación mutua entre la díada terapéutica de naturaleza biopsicológica. La biopsicoregulación mutua, a consecuencia de aquello, se da principalmente en tres niveles. La emoción, el apego y la comunicación no verbal de la emoción. De esta forma, el valor del lenguaje no verbal en esta danza explícita e implícita adquiere también una relevancia aún mayor que todo lo que se diga verbalmente. La interacción de dos personas en un espacio produce un efecto en el psiquesoma de ambos. La postura física de los dos, el tono de voz, la mirada o la falta de ésta pueden envolver o rechazar a cualquiera de los participantes de esta díada. Sin embargo, hay acuerdo en el hecho de que dos personas se pueden tocar con otros sentidos que no sean el tacto. Es evidente que ambos participantes usan el lenguaje y sus contenidos verbales para comunicarse, pero lo que emerge de las palabras tiene que ver también con por ejemplo, el tono de voz. Simultáneamente tal interacción produce la emergencia de emociones y cambios corporales en ambos. Estos pueden ser visibles, notorios o sutiles. Podría decirse que la escucha es físico-psíquico-emocional y afecta simultáneamente al terapeuta y paciente, produciendo cambios recíprocos en todos esos niveles. Desde la perspectiva intersubjetiva y la del psicoanálisis relacional podemos pensar en el psiquesoma como una unidad que no sólo se autorregula con el tiempo, sino que necesita del otro para conservar la estabilidad, situación que es análoga a lo planteado por Francisco Varela respecto de la enacción y la co emergencia de mundos albergados en nuestras historias corporales y sociales. Desde la neurobiología, Regina Rally propone una visión similar. Plantea que la función de la emoción es coordinar la mente y el cuerpo del individuo y también la relación mente cuerpo entre los individuos.

MENTE, CUERPO Y ENACCIÓN

Varela expresó que la mente no sólo no existe fuera del organismo sino que además estaría dotada de sentido sólo si está en un cuerpo y contexto determinado. Este biólogo argumenta que la mente no está en el cerebro y que junto al organismo constituye holísticamente más bien un todo. Del mismo modo, Winnicott hipotetizó que la mente podría estar en un pie o en el estómago, concordando con Varela al afirmar que no es un ente colocado en el cráneo. Lo que surge entonces es un emergente, el cual se despliega a cada momento y se manifiesta a través de lo racional en un entorno determinado (Varela, 2000 citado en Riquelme & Thumala, 2005). Sujeto y objeto estarían constantemente co emergiendo y la mente como emergente de la experiencia estaría en consecuencia, albergada en el lugar de la co determinación, que como ya mencionamos, no es posible atribuirle un lugar determinado, transitando en la dialéctica de lo interno y lo externo, lógica que al mismo tiempo coincide con aspectos centrales del psicoanálisis intersubjetivo. Precisamente, desde la mirada de la enacción, las actitudes cognitivas se vislumbran como indefectiblemente anexadas con las historias vividas que se hacen en el devenir por ejemplo, tanto por el terapeuta como por el paciente. Hablamos entonces de la enactuación de un mundo, el hacer emerger un mundo mediante historias que no son “óptimas” por si solas sino viables de acoplamiento estructural (Varela,Thomson & Rosca, 1992). Si el acoplamiento fuera “óptimo” se podría por así decir, prescindir de las interacciones del sistema, aspecto que es imposible en la realidad, donde cada ser humano es en relación a alguien o algo. Bajo este prisma, la conservación de la adaptación más allá de implicar la resolución de determinados problemas implica ingresar en un mundo compartido de significación con un otro.

De esta manera, el enactivismo plantea que el mundo en el que vivimos va surgiendo o es modelado en vez de estar predefinido. Autores como Heidegger, Maurice Merlau-Ponty y Michael Foucalt otorgan la mayor importancia al fenómeno de la interpretación, entendida como la actividad cíclica que eslabona la acción y el conocimiento, al conocedor y al conocido, en una ciclicidad indisociable. Es a ese “hacer emerger” al que se refiere el enactivismo: a la total recursividad entre la acción e interpretación.

La hipótesis enactiva está estrechamente ligada a la fenomenología filosófica. Ambas plantean que el conocimiento se relaciona con el hecho de estar en un mundo que resulta inseparable de nuestro cuerpo, nuestro lenguaje y nuestra historia social. No podemos plantarnos fuera del mundo en el que nos hallamos para analizar como su contenido concuerda con las representaciones: estamos siempre inmersos en él, arrojados en él. El enactivismo plantea también que la cognición no se puede entender adecuadamente sin el sentido común, el cual no es otra cosa que nuestra historia corporal y social. La inevitable conclusión es que conocedor y conocido, sujeto y objeto, paciente y terapeuta, se determinan uno al otro y surgen simultáneamente...

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Me quejo (y eso que no tomo)

Cuando llegue a la carrera era bachi, y los bachis son los “bachiamigos”, otras personas que se juntan entre ellos y que llegan en masa a una realidad construida por otros que están como a 60 pasos pero que tienen, en parte, un mundo universitario diferente. Algunos dicen que son buena onda, otros que son pesados, hasta medios creídos le escuche a una profe el otro día, pero a pesar de ello mi impresión es que terminan por adaptarse y por impregnarse de ese supuesto “espíritu” que consta de un lenguaje, hábitos y por supuesto, harto cahuín.

Yo todavía no termino de descubrir las maravillas y vicios en este año ½ que llevo, pero de lo que sí me doy cuenta es que la gente es mala para decir las cosas tal cual son, que algunos les gusta el poder y demostrar que, no sé, tienen el falo. A otros les gusta carretiar y hay hartos buena onda que viven su vida universitaria así tranquilamente.

Es ultra sabido que en psicología no pegan las asambleas, discusiones de política universitaria, la agitación o movilidad o las ganas de cambiar lo que no les gusta, porque hasta al más conservador y tradicionalista le molesta algo, aunque sean los izquierdosos vociferantes, flojos, buenos pa las chelas, con guata y que se levantan tarde (que no tendrían que molestarle a nadie porque no hacen nada por situarse en el lugar que los intelectuales de derecha exigen para validarlos como dignos de ser escuchados), pero filo, por último, Cristian Rodríguez se dio la molestia de escribir un mail al Esquizoide.

Lo que aún no descubro es que le molesta a la gente de psicología, porque todos somos buenos para quejarnos por los pasillos de una infinidad de cosas, que el estrés, que el ramo, que el profe y así y así… pero para lo único que he visto una movilización espontánea es para que suban los resúmenes a la página y para hacer un tarreo (respecto a lo cual pido disculpas al Talo por no haber concretado su petición), eso claro, independiente de los proyectos en los cuales la gente se compromete como lo son Alhué, NSF y recientemente "Mente Sana".

Hablaba con alguien sobre plebiscitar la reforma de estatutos y me decía: pa que, si a nadie le importa!!!, filo, lo vamos a hacer igual, el único problema es que no me extrañó, porque la triste conclusión es que todos queremos sentimiento de escuela pero no sabemos que significa, ni siquiera los profes, que empiezan los asados a la 1 para irse a las 4:30 antes de que lleguen los alumnos en masa.

En fin, tal vez el problema sea que entre tantos sagaces ojos diagnósticos nadie quiere que se le arranque un exabrupto que lo delate, tal vez las cosas son como son y está bien así, tal vez que cambie el decano o que Rosso hable leseras por el diario sobre el perfil del alumno y el profesor que la UC quiere, sea en verdad un tema cuyo interés es cosa de gustos, y que la movilización del 29 de agosto no sea motivo de discusión porque no es parte de nuestra realidad sociocultural. Puede ser todo eso, pero les digo algo: yo no le concedo el dato a Rosas porque no creo ni que los pobres sean mas tontos que los ricos, ni los negros respecto a los blancos, ni los viejos respecto a los jóvenes (cognitiva II) y creo que sería súper entrete discutir, por ejemplo, de eso y de tantas otras anécdotas asociadas bajo el concepto de “lo que la escuela nos enseña”, ojo, sin necesidad de ser de post-grado.

En fin, igual fue un desahogo publico que espero a mas de alguno le haya molestado, cosa que colapse el mail del Esquizoide para responderme, a ver si este logra sobrevivir a la sequía de gente motivada en escribir.

Pablo Herraz Mardones
4º año (3º1/2)
Psicología UC

Alvarito... el verdadero dios de Psicología

PD: señor presidente me dijo Alvarito con un churrasco italiano en la mano, estimado le dije yo, sabí que, la psicología es una mierda me dijo, yo me fui sonriendo pero de pronto tuve miedo, ¿qué habrá querido decir la persona que mas sabe en la escuela?

Los Padres de las Psicologías

por Fabiola Melo

El otro día, al lado de mi querida amiga oriental, en clases de algo llamado Psicología Educacional me percaté del origen de esta extraña carrera. La profe dijo: "Bueno, Vigotsky es considerado el padre de la psicología educacional, pero, ¿ustedes saben un poco de la historia de ese personaje? Él era Ruso, Marxista y no era psicólogo, era profesor". Frente a esa declaración, de la cual podría haberme llamado la atención cualquiera de las tres características nombradas, me quedé con la de profesor. Creo que esta vez me hizo mucho más sentido la historia de Vigotsky que la vez que en algún curso anterior leí.

En fin, el punto aquí es que acto seguido a ese comentario me dirigí a mi amiga y le dije: «hay cachado que todos los "padres" de la psicología NO HAN SIDO PSICÓLOGOS» Freud (quizás considerado el padre de la psicología en general, pero para el cual guardo solamente el título de padre de la clínica si quiero darle honores), era neurólogo, ni siquiera psiquiatra –aunque quizás nuestro destino seria muy diferente con un padre psiquiatra, o no???–. Vigotsky era Profesor, el padre de educacional; y finalmente el considerado "gurú" y casi padre de la psicología industrial, Taylor, era ABOGADO y luego dedicado a la metalurgia!!!! Así, podría seguir nombrando grandes próceres que estudiamos fervorosamente en la carrera, a lo largo de diversos cursos, QUE NO HAN SIDO PSICÓLOGOS.

Claro, frente a esa situación podría responderme: “es que somos una carrera multidisciplinaria”. ¡JA! ¡Las pelotas!, ese es el cuento que nos han contado ya que después de tantos años no han logrado abarcar del todo al objeto de estudio de esta "ciencia"; o sea el "ser humano". Creo que el tema es que desde un principio, y con toda la arrogancia del hombre, hemos partido mal. Esa ambición de nuestros verdaderos progenitores, como Wundt por ejemplo, de hacer ciencia y ser objetivos nos tiene tal como estamos. Han tenido que llegar señores de todo un sin fin de increíbles disciplinas a decirnos, ey! la cosa es diferente, y el ser humano es tan complejo que por más objetivos que quieran ser no lo lograran, porque existe un inconsciente, porque existe algo que se llama constructivismo! Con solamente esas dos frases –entre muchas– le dieron mil patas a los psicólogos, esas especies de brujos que circulan por el mundo "analizándolos a todos".

Qué orden podríamos esperar de esta ciencia social (porque ya que no logramos ser una ciencia objetiva, ahora somos una ciencia social) si tenemos los más diversos orígenes. Lo que sí me va quedando claro es que, sí hemos tenido que agachar el moño y escuchar a los que saben, lo hemos hecho.

Cuando ya estoy en el "meretrinezco" último semestre antes de la mención, con la inevitable sensación de que esto se acaba señores, y con increíbles turros de lectura, que jamás había tenido, siento que están todos apuraditos por enseñarnos cosas que no hemos aprendido antes. Enseñarnos un poco de lo que deberíamos saber de todas las ramas de nuestra carrera (que no son pocas) para ser un psicólogo más o menos integral. Lo que sí me pregunto es porque rayos pasaron tres –y me atrevería a decir: tres años y medio– tratando de hacernos personas integrales, con un bachillerato, si el ultimo semestre quieren convertirnos en psicólogos integrales! Después de todo vamos a trabajar como psicólogos y no como personas, y bueno, lo de integral lo dejo a conciencia propia. De todas maneras, dudo que en UN semestre logren ese barniz de "lo que deberíamos saber" como psicólogos (de la prestigiosa universidad católica de chile, y como elite de este país...) por más textos y textos que tengamos que leer. Así lo más probable es que logren sacar integrales lectores, pero no integrales psicólogos, que leen y no se si aprenden, todo aquello que nos han explicado los no-psicólogos.

Texto extraído con el permiso de la autora desde su blog.

Freud: El padre primordial de la psicología

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