septiembre 01, 2006

The Chimney Sweeping

El nuevo ataque perverso

El asunto es terrible. Terrorífico. Ominoso incluso. Tan espantoso es, que cuando lo descubrí, cuando todo calzó, tuve la peor de mis crisis histéricas: una contractura en el cuello y en la espalda, que hizo que en la noche del sábado terminara inmovilizada y chillando de dolor. El asunto es grave señores y es mi deber superar la represión y contarlo.

Siempre me ha llamado la atención cuando veo escrita la palabra Psicología sin P (es decir Sicología). Es como si le faltara algo, como si se lo hubieran robado o algo parecido. Es como degradar la palabra que designa nuestra carrera. Or something like that. In the other hand, y aparentemente sin relación, está la nueva ley antitabaco, que no sólo me ha usurpado mi amada cafetería y me ha convertido en la nueva paria social, sino que también ha eliminado progresivamente estos largos y blancos productos humeantes. Nuevamente hay algo que falta, algo robado.

“¿De qué habla señorita O.? ¿No nos contará de sus aventuras de coqueteos a profesores, ayudantes y en general a todo lo que se mueva?” Nada de eso. Insisto, esto es serio. Es que ambos hechos están íntimamente ligados. “¡Íntimo! Ésa es la palabra” pensé, y ahí hice click y lo comprendí todo: la respuesta es el falo. Así es, el falo, o más bien, la triste y lamentable falta de él… (it is so awful!). Analizando ambos hechos, se puede ver que la negación del falo es clarísima. En el caso de psicología, al quitarle su honorable P, lo que se está haciendo es castrarla. Grave, porque al castrar Psicología, no sólo se le quita el pene, sino que también se está negando la ley del padre, es decir, del siempre adorable uncle Freud. Lo que lleva necesariamente a renegar de su palabra, o sea el psicoanálisis, y a dejar tan loable materia de estudio en manos de inescrupulosos y crueles entrena-niños –¡parálisis, parálisis!–. Y en el caso de la nueva ley, es lo mismo. Se está prohibiendo la presencia fálica en la sociedad ¡se está negando el falo descaradamente y nadie hace nada!

La evidencia muestra claramente que hay un complot. Y no se trata de cualquier cosa; se trata de un complot perverso para renegar el falo a escala mundial. ¡Quieren borrarlo! Juro por Freud que quieren borrarlo. Y no se detendrán ahí. No. Sus planes perversos llegan a más allá de lo imaginable. Primero negarán el falo, prohibiéndolo u omitiéndolo. Luego vendrán los edificios altos, los camiones largos, los lápices, la cordillera de Los Andes, los aviones, los árboles, las zanahorias, el apio, las orejas de conejos, las antenas, los pepinos, los cuchuflís rellenos de manjar, los barquitos de madera y todo lo que tenga la sugerente forma alargada. Y cuando tengan el poder vendrá lo peor: nos perseguirán y nos obligarán a caminar agachados, porque nuestras posturas erguidas representan también el falo.

Y nos tendrán bajo su control. Y nos perseguirán. Y estarán en todos lados. ¡Están en todos lados! Aquí y allá y debajo de la cama y detrás de la cortina de la ducha. Atrás mío. Caminantes. Silenciosos. No hacen ruido. Puede ser cualquiera. Hay perversos por todos lados. Y adoptan formas. Y me persiguen. Y…

La señorita Anna O. ha sufrido una descompensación neurótica, con funcionamiento psicótico, de tipo paranoide. Se la encontró gritando que no le robaran el falo. [Nota del Editor]

ADVERTENCIA: el tabaco produce cáncer y la sicología puede provocar demencia.

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