agosto 01, 2006

Porque Cornejo cambió… ¡tú también puedes!

¿Reforma?

Cuenta la leyenda que desde el mundo es mundo, y a la escuela ingresaba como estudiante el señor Coloma-análisis, los psicólogos no han sido muy adeptos a participar en la contingencia política. Si lo hacen es a un nivel tan encubierto como la admiración que siente Cornejo por Wilhelm Reich.

La mente medio desquiciada de alguien que no tenía nada mejor que hacer en sus vacaciones (más que atravesar el camino del héroe y cambiar la historia) se le ocurrió hacer una reforma a los estatutos. A ver si en una de esas, la gente se animaba a participar y cambiar el mundo.

Para dar una respuesta definitiva (al más puro estilo de “¿Quién merece ser millonario?”) se me ocurrió que podía revisar nuestra propia Biblia política (los estatutos del CEPS). Mi idea: corregir lo que nos faltó por hacer durante las movilizaciones de los secundarios. Así es, nos estaban fallando “los estatutos”: el documento que nos dice cómo funcionar y con qué atribuciones contamos para representarnos.

«¿Para que cambiar los estatutos del CEPS si son tan inofensivos?» Pensará la mente inquisidora del incrédulo psicólogo. La respuesta es simple: para que aquellos oscuros personajes que se instalan en esa oficina donde calentamos gratis tu almuerzo no sean ajenos a tu vida cotidiana. Para que los delegados no sólo se encarguen de organizar el carrete de fin de semestre. O que sólo se dediquen a luchar contra la administración del Campus en vistas de un sobrio asado de curso.

¿Entonces esa masa ingente de seres bizarros que se pasan tomando café en la oficina sirven para algo? No lo sé. Pero sí sentimos la tendencia magnánima de repartir el poder que se supone que tenemos para que la gente pueda reclamar. Reclamar si alguna directiva no lo hace bien, si no se mueve por sus intereses, si se pierden cosas que les fueron legadas por las directivas anteriores, etcétera.

¿En que consiste esta cosa de los estatutos al final? En que si aprueban la reforma tendrán modo de reclamar (si es bien fundamentado) si la directiva está incurriendo en malas prácticas. Además se adjudicará al consejo de delegados uno de los dos votos ante la FEUC (el ponderado). Habrá dinero destinado para cada curso. Si hay problemas importantes se TIENE que llamar a asamblea (y que nadie reclame que las decisiones se toman entre cuatro paredes).

Estimados conciudadanos: es tiempo de que le demos otra forma de funcionar a nuestros representantes. Y así como Cornejo regreso de USA como una estrella de rock ochentera, los montos pulsiones que cargan nuestras representaciones nos mueven hacia la reforma...

Nicolás Didier

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