octubre 01, 2007

Caso Abierto

Hoy: ¿Las relaciones amorosas de pareja están en crisis?

Sí. Aunque debo decir que sólo hablaré de la realidad más cercana, entiéndase nuestro país, donde las infidelidades y las demostraciones de “me cago en el amor” -como dice la famosa canción-, no sólo son parte de la mayoría de las historias amorosas conyugales de todo nivel (pololeos, matrimonios, convivientes, etc.) sino que también hay información de encuestas donde aparecen números irrisorios de profanación completa del compromiso. Entonces, ¿Somos los chilenos “picados de la araña”? o ¿Hay otras razones que están banalizando progresivamente aquello por lo que teníamos entendido que era el amor? Aunque es tentadora la opción de inclinarme por la idea de que el chileno es por naturaleza “picado de la araña”, creo que no hay como justificarlo; por lo tanto, creo que hay dos razones del por qué estamos cagándonos en el amor constantemente. Una se relaciona a que los chilenos nos conformamos con lo que hay, es decir, no elegimos pareja; preferimos estar mal (o más o menos) acompañados a estar solos. Entonces, cuando las personas no están convencidas de sus parejas, a la primera oportunidad de estar con alguien que de verdad le provoque esa sensación de idealización/admiración/de alineación de los planetas, que en otras palabras es sentir las llamadas “mariposas en la guata”; obviamente es infiel, o en el mejor de los casos termina para intentar estar con quien de verdad “l@ mata”.

La segunda razón se relaciona y potencia con la primera y se refiere a que el compromiso, como tal, ha sido pisoteado. Y no sólo eso, también las palabras “querer” o incluso “amar” son cada vez menos valoradas, y nosotros los jóvenes hemos llevado tales palabras a prácticamente la utilidad de muletillas. Sin conocernos mucho pensamos y afirmamos que amamos, sin saber el calibre de tal afirmación, ni responsabilizarnos por lo que ello conlleva.

En síntesis, las relaciones amorosas de pareja están crisis porque primero no elegimos a la persona que nos gusta, que nos provoca esa extraña sensación entre agitación, malestar nervioso leve, y tensión constante; que se mezcla con idealización, admiración, y pérdida de la cabeza por fantasías mentales de escenarios posibles con quien se adueña de nuestros pensamientos. Y segundo, porque una vez que la relación se formaliza y se desarrolla en el tiempo -lo que se traduce en parte en una pérdida de las “mariposas en la guata”- provoca que ello sumado a la banalización del compromiso, y de las declaraciones de amor eterno, las relaciones se conviertan en productos de consumo desechables.

En conclusión, como ya se ha dicho en esta columna, siempre el caso queda abierto; y por supuesto en temas de amor nadie dijo que fuera fácil, ni que hubiera receta; pero creo que tenemos más posibilidades de entendernos, y de hacernos responsables de las experiencias que elegimos vivir, si intentamos lograr esa historia amorosa que parece de cuento de hadas – como muestra la película: “El diario de una pasión”- , y así jugarnos la posibilidad de poder ser parte de los privilegiados -contados con lo dedos- que pueden decir que en la vida, en tanto a relaciones de pareja, estuvieron en el amor.

No hay comentarios.: