abril 01, 2007

La Ciencia del Espejo

La invitación fue hecha vía pucmail. Los ilustres invitados entran al teatro y se sientan en la platea. Casi como una logia, nadie paga entrada, pero todos se reconocen las caras. La puerta del mítico teatro –SalaEspejoLounge– se cierra, quedan a oscuras y aparece el escenario. Todo está dispuesto. “Un, dos, un, dos; sssí, sssí”. El audio funciona a la perfección.

De pronto, el anfitrión entra por una puerta y, sin presentar al artista, lo invita a pasar. Comienza el show! El artista despliega todo un abanico de angustias y defensas. Baila evitando pisar los recuerdos que no quiere tocar y canta desafinado. Si puede, ríe; pero la mayoría de las veces llora.

Los invitados observan atentamente todos los movimientos del objeto que tienen delante. Ya están ampliamente versados en la materia, a diferencia de algunos que recién se inician en la observación científica, los expectantes novatos.

Nuestros expertos buscan compulsivamente pasitos de signos psiquiátricos entre las disonantes lágrimas que de a poco comienzan a teñir la presentación. Siempre desde sus asientos, defensivamente lejos, los prestigiosos invitados analizan arte a la manera como un cirujano que se abre camino entre tejido adiposo. Sí: hay sangre. Quieren ver si la canción del artista y su baile se condicen o no con las reinantes clasificaciones psicopatológicas que han estudiado en sus prestigiosas clases teóricas. Algo de verdad tiene que haber entre tanto libro apolillado.

El artista, sin embargo, poco entiende de su arte. Baila y actúa sin saber mucho lo que hace. A ratos se cae, se revuelca e intenta pararse solo. A veces lo consigue, a veces no. Y los invitados, siempre desde sus asientos, gozosos, registran con el enorme catalejo de la técnica a un objeto que habla.

2 comentarios:

Eduardo Waghorn dijo...

Hola Pato!
De casualidad encontré tu nuevo blog, hace tiempo que no sabía de tí...
Me tomé la libertad de linquearte, a ver si continuamos en contacto.
Saludos!!

Eduardo Waghorn dijo...

Un gran abrazo, ya cumplo dos años de blog, si puedes visítame.