noviembre 01, 2006

La co-lumna

>Hoy: Cultura Esquizoide

Hasta la próxima

Dos años en la escuela EPUC, y es difícil hacer una especie de balance. Mis conocimientos en psicología, son muchos menos de los que esperaría a estas alturas –y muchos más de los que creo–. Y aunque he adelantado cuanto ramo he podido, sigue en mi mente el fantasma de tercer año: el momento crítico en que esta carrera deja de ser “puro webeo”.

Este pasquín cumple también su ciclo, un primer año de vida, luego de que se juntase –frente a los pastos de la cafeta– un equipo de especimenes variopintos, que intentó publicar mes a mes, su volada personal en aras de una identidad EPUC perdida. Las ambiciones iniciales han sufrido transformaciones –por no decir desilusiones–, pero en el camino, lo central se ha logrado: hacer de la metáfora “estudiantes de psicología”, un constructo medianamente homogéneo dentro de la diversidad.

Lo menos importante, a estas alturas, son los conocimientos académicos –la mayoría de ellos olvidado–. Quizás la escuela de psicología se propone –sin saberlo– la formación personal de su estudiantado –nosotros, nuestra herramienta de trabajo– y el establecimiento de una cosmovisión aguda, capaz de entender, por sobre todo, la riqueza de la diversidad. ¿Y cómo no hacerlo?, si desde nuestro seno de formación, nos reconocemos todos distintos.

La semana de escuela, quiso imprimir un sello especial, quizás una cereza a la torta de lo que el ceps ha venido –enérgicamente– promoviendo: una cultura de psicología, una construcción de nuestra realidad. Los eventos –ciclo de músicos EPUC, asados, lanzamientos de esquizoide, etc– así lo han confirmado. Y aunque aún todos caminamos a distinto paso hacia algún lugar [la tierra prometida], al menos caminamos –como recién adivinamos– en la misma dirección.

El Esquizoide, en este [y otro] sentido, ha marcado el paso (algo así como las miguitas de pan de Hänsel y Gretel). Entre los desvaríos de Anna O., editoriales que rayan en lo absurdo (!), críticas a nuestra propia disciplina y retratos de nuestra escuela, este pasquín ha intentado ser un punto de encuentro para la amplia gama de personas y discursos.

Que El Esquizoide, también tenga una identidad indefinida, significa que ha cumplido su tarea de maravilla: ser reflejo del estudiante de psicología UC, un perfil indefinible y en tránsito permanente por todas las posibilidades de ser.

Se termina así el año, entre las aspiraciones de los de primero, el hartazgo de los de segundo, el merecido descanso de los de tercero, la ansiedad de los de cuarto, y la promesa para los de quinto. Si la psicología no es una sola, tampoco nosotros podríamos serlo.

Esperando que la plaga de palomas de nuestra escuela, no acabe con nuestras queridas y ambiciosas miguitas de pan, nos encontramos... en la próxima.

Hasta entonces.-

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