agosto 01, 2006

Un café Universitario: entrevista a Carlos Cornejo

por Pablo Torrees

– ¿Cómo era Carlos Cornejo en el colegio?

– Buen alumno en notas, no tan bueno en “conducta”. Tuve varias veces problemas por conducta, pero como tenía buenas notas no era un gran problema, gozaba de algunas licencias por parte de los profesores. Yo creo que los problemas de conducta se debían a que me aburría en el colegio; me sobraba el tiempo y las ganas entonces hacía travesuras con las que me gané unas buenas hojas de anotaciones en el libro de clases. En el peor año, fui catalogado como “líder negativo” por los curas del colegio.

Ficha técnica
Nombre:Carlos Cornejo Alarcón
Edad:35 años
Colegio:Liceo Salesiano Manuel Arriarán Barros (Gran Avenida)
Hijos:No
Comida favorita:Pastel de choclo
Placer culpable:De vez en cuando, me fumo un puro
Película favorita:Aguirre, la ira de Dios (1970)
Novela favorita:La divina comedia
Mujer perfecta:Hanna Arendt
Hobbie:Nadar
Ph.D:Psicología, Universidad de Colonia, Alemania.

– Alguna anécdota escolar que contar...

– Varias, pero creo que no pueden ser contadas. A ver…el día de mi santo en 2° Medio algunos de mis compañeros comenzaron a perseguirme para celebrarme con lo que se llamaba en ese entonces “la peladilla”, modo como se decía el que te sacaran la ropa… en mi desesperación, salí corriendo y fui a dar al templo contiguo del colegio llegando a la parte posterior del altar donde fui sorprendido por uno de los curas. Me preguntó: “¿Qué está haciendo aquí, Cornejo?”. En mi desespero comprendí que debía dar una respuesta rotunda y contundente a la cual acudió un: “Vengo para ser acólito”… 30 minutos después me encontraba con sotana ante todo el colegio, incluyendo a los mismos que me estaban persiguiendo, ayudando en una misa.

– Y la familia… ¿cuántos hermanos?

– En total somos 5 hermanos, yo soy el tercero.

– ¿Y cómo le decían en la casa ?

– Charlie. Porque mi papá se llama Carlos y mi mamá comprendió rápidamente que no podía haber dos personas con el mismo nombre en la familia. Hasta el día de hoy mi madre me dice así.

– ¿Mantiene amistades de cuando chico?

– Sí, del colegio. Dos amigos: uno que conocí en primero básico y otro en quinto básico. Nos seguimos juntando hoy al menos cada dos meses con familias incluidas. Son las mejores amistades. Uno cambia mucho y estos amigos son un ancla que te mantiene conectado con lo que fuiste. Son de las pocas personas con las que se puede ser sincero y está bien. Personas con las que hay confianza plena.

– ¿Cómo le iba con las mujeres en la media y en la universidad? ¿Es cierto el mito de que fue pareja con la Marcela Vacarezza?

– Siempre me fue regular, ni muy bien, ni muy mal. Pocas conquistas, supongo que por que siempre he sido una persona tímida. En cuanto a lo de la Marcela; éramos amigos, parte de un grupito, compañeros de promoción. Esto fue en los primeros años de la universidad, después ella comenzó a interesarse por cosas lejanas a la psicología, lo que nos distanció.

– ¿Entonces desmiente el mito?

– Sí. Lo desmiento.

– Tengo entendido que Ud. fue parte del CEPS cuando universitario… ¿Qué cargo tenía?

– Sí. En la época en que no se llamaba CEPS sino Centro de Alumnos. Fue en el año '89 cuando el presidente era Eduardo Barros, profesor actual EPUC. En aquella época éramos bastante amigos. Mi puesto era ser vocal de cultura. En ese entonces sacamos junto a Iván Armijo un pasquín que se llamaba “El Psicocrático”, además nos preocupamos de traer a la escuela un par de charlas en las cuales los invitados fueron Marco Antonio de la Parra, una; la otra con el entonces no tan famoso Gastón Soublette quien dio algunas charlas de psicología del cine.

– ¿Cómo llega Carlos Cornejo a ser docente EPUC?

– Luego de titularme de Psicólogo Clínico estuve trabajando un tiempo en clínica y también en psicología laboral, pero sobre todo estuve trabajando junto a Franco Simonetti como ayudante en una de sus investigaciones. Después de esto me fui de Chile al doctorado. Cinco años después, cuando estaba terminando mi doctorado, le escribí a algunas universidades, entre otras a la escuela, encabezada en aquel entonces por Ricardo Rosas, presentando mi intención de volver a Chile y trabajar como académico. Habían pasado 5 siendo extranjero y quería dejar de serlo. Quise volver a la patria, lugar donde poder sentirme realmente perteneciente. Bueno entonces el año 2000 fui aceptado como académico de la escuela.

– Entonces ¿a qué edad comenzó a hacer clases en la UC?

– Con 29 años me doctoré y comencé a hacer profesor auxiliar EPUC.

– ¿Qué es lo que más le ha gustado de ser académico aquí y qué es lo que menos?

– Lo que más... ehh... yo creo que la libertad que existe en la escuela de investigar en los temas y teorías que a ti mejor te parezcan.

Lo que menos… es algo endémico de la educación chilena, no exclusivo UC: Es lo que yo llamo “el importismo” entendido como la importación a-crítica de teorías y modelos desarrollados en otras partes, particularmente en el hemisferio norte. Aunque considero fundamental conocerlos, no me gusta la naturaleza a-crítica de esa apropiación, que hace que muchos modelos deficientes gocen de aceptación. Creo que estas importaciones no sirven si no se adaptan a las condiciones y características antropológicas e idiosincrásicas. El culto a ciertas teorías y a sus profetas o importadores nacionales es ciertamente un hábito nefasto si queremos generar emancipación del pensamiento.

– Encuentra que el o la estudiante promedio EPUC es abispado(a)?

– Hay de todo, pero en general el nivel es muy bueno, aunque creo que no dan todo lo que podrían dar, creo que por la cultura tácita en la que vivimos. Según esa cultura, el estudiante de psicología vitrinea teorías durante los primeros años. Por ahí por tercero, pareciera que los alumnos eligen una teoría. Desde ahí, suspenden el juicio crítico y se dedican a repetirla.

– ¿Cuáles son sus colegas yuntas?

– Hay varios, pero por decirte algunos: Ricardo Rosas, Francisco Ceric, Franco Simonetti, Roberto Aristegui, Alejandro Reinoso, entre otros. Es según áreas de interés, y como mis intereses son variados, según el juego que juegue me siento cerca de distintas personas. Son colegas pero también los considero amigos.

– Al parecer le tocó sabático, ¿a qué se debió el viaje, para dónde fue, a qué fue? ...dicen que anduvo surfeando.

Estuve en California, San Diego y terminé las últimas semanas en París, en una conferencia. Básicamente fui a escribir y analizar datos con el profesor Rafael Núñez de la Universidad de California. También aproveché e hice un curso de surf. Pensé que si uno no hace surf en California es muy difícil que aprenda en otro lugar. E hice un poco. Es difícil. Es fundamentalmente práctica. Suena glamoroso en Chile pero la verdad es que allá es muy común, una actividad muy esparcida, aunque no puedo desmentir que es cool.

– ¿Sobre qué está investigando actualmente?

– Estoy pensando en mi tema nuclear de siempre: El significado. Mi posición teórica no es conceptualista, sino más bien pragmática. Creo que el tema del significado ha sido mal entendido desde sus orígenes. Todas mis investigaciones experimentales y etnográficas tienen que ver precisamente con hacer avanzar una teoría pragmática del significado del Habla, no de la Langue, que, más para mal que para bien, es la tradición que hereda la psicología de la lingüística.

– ¿Cuáles son sus aspiraciones académicas, profesionales o como investigador?

– Extraer las consecuencias prácticas de una visión contextualizada del significado. Me interesa indagar en implicancias educacionales y organizacionales de la actividad cognitiva entendida pragmáticamente.

– Bueno, profe, ahora le voy a preguntar unos “Sabía Ud...”: ¿Sabía Ud… que algunos dicen que es el Alejandro Sanz criollo?

– Jajaja. No tenía idea. Me parece divertido, no es la primera vez que lo escucho. A Sanz lo he visto aunque no lo ubico bien.

– ¿Sabía Ud... que sus alumnas en clases más que tomarle atención a sus palabras se dedican a mirarlo?

– No tenía idea... me parece mal, porque lo único importante de un profesor es lo que tiene que decir.

– Y... ¿se queda con el new look o aplica tijeras?

– Yo creo que aplico tijeras, pero voy a esperar a que pase el frío.

– Bueno... Muchas gracias por su tiempo, el café y la buena onda profe.

– De nada, gracias a ti.

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