abril 01, 2006

Canal CEPS

Donald y la Abstinencia

La primera semana de abril se realizó la feria informativa “Esta (no) es la UC”, que incorporaba stands, foros y charlas sobre los temas excluidos de la feria de novatos DGE de marzo. La cosa es que Psicología participó gestionando la presencia en los stands del Instituto de Medicina Reproductiva (ICMER). Esta institución se preocupó de entregar información sobre el contagio de enfermedades venéreas, diferentes métodos de anticoncepción, enseñaba a poner correctamente un condón y regalaba 2 condones a quién recibiera la información y sus recomendaciones. A que no adivinan qué pasó. No, no se llenó de jotes pidiendo condones, y no, no se fomentaba las orgías dentro de los informativos. Lo que sucedió es que llegó nuestro queridísimo administrador de S. J., Donald Mcdonald, junto a sus matones, y vociferando exigió la desocupación del stand. Con el mismo tono obligó a los encargados del evento y a una médico del stand subir a su oficina (complejo del inspector).

¿Debiéramos impresionarnos? Cuatro enfermeras y un médico en un stand con información sobre distintas modalidades de anticoncepción, representando a una institución de investigación, son tratados como delincuentes y nadie se inmuta. Esto solo puede llamarse la política del vaquero: un guatón con nombre de gringo (pero más chileno que todos nosotros) ocupa su derecho de ser violento para hacer lo que quiere en su propiedad. Es verdad, S. J. es propiedad del guatón Donald. O quizá de los curas, que mandaron a un infiltrado a sacar fotos del stand (y no es mentira) para demostrar el terrible acto de inmoralidad que se cometía en los terrenos de la Ponti.

Quizá la política de la abstinencia, publicada el 2005 en un informativo de Salud UC junto con otros métodos medievales, sea la única medida que está dispuesta a fomentar la Ponti. Pero como dijeron el psicólogo maldito, Wilhelm Reich, y la vaca sagrada, Sigmund Freud, la abstinencia tiene consecuencias nefastas en la masa sedienta de sexo. ¿Cómo se le ocurre a alguien fomentar la abstinencia en los tiempos del reggaeton? ¿Cómo, después de un siglo completo de discurso freudiano? A menos claro, que nos pretendan convertir en una masa de neuróticos. O bien, en una masa de desinformados.

Fuera de las afirmaciones del Psicoanálisis, prohibir la información sobre métodos anticonceptivos y la enseñanza de cómo poner un condón puede ser tachado de una media gangsteril, típica de los vaqueros gringos.

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