mayo 01, 2007

Eskizorial

En un lugar de la PUC, cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que había un profe, de vieja escuela, impartiendo una tradicional disciplina. El nombre de este docente, tampoco me lo recuerdo muy bien. Pero no importa, no ha de ser muy importante. Sólo escuché por ahí algunas anécdotas que se le atribuyen, aunque no me extrañaría que fueran algo así como los poemas atribuidos a Homero o los discursos a Sócrates.

Por mencionar algunas de estas historias, se dijo que cierta vez lo invitaron a hacer una charla sobre una película coreana en el auditorio de Letras. El profesor habría dado algo así como "jugo" y la gente que esperaba algo así como una expresión mayéutica, o una linda asociación (quién sabe) se habría quedado con la ganas (y/o la decepción).

Otra anécdota cuenta que dicho profesor habría sido convidado a un simposio para hablar de temas profundos y/o interesantes con otras grandes mentes (los Thales y Anaximandros de la posmodernidad). Y en último momento, los organizadorceps habrían cancelado el evento sin informarle al susodicho. Por supuesto, se armó la grande: el profesor se habría sentido pasado a llevar. Y algunas fuentes agregan que el ego de este profesor no era lo que se dice "pequeño", entonces... imagínense.

Pero bue, así como se le erigen monumentos al soldado desconocido -el máximo héroe nacional- quisimos dedicar esta edición a nuestro máximo héroe psicológico, un profesor ignoto, depositario de todas nuestras más descabelladas fantasías.

Y para aprovechar el momento de máxima solemnidad, aprovechamos de invitar a todos nuestros lectores (desde Arica a Punta Arenas) a seguir todas nuestras aventuras esquizoides en nuestro blog: el-esquizoide.blogspot.com, que queda inaugurado desde este momento.

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