abril 01, 2006

Pitéate un ramo: Teoría Conductual

Es un curso que se apuesta sus fichas a explotar la seducción que nos produce lo efectivo. No es casualidad que cada dos clases se nos repitan estadísticas que nos dicen que ningún otro enfoque le compite ni de lejos su éxito en terapia. Con una aproximación honesta, al saberse incapaz de competirle al psicoanálisis sus promesas de misterios por descubrir y campo fértil para los pensadores de las profundidades de la mente, se contenta en proclamarse aliado del sentido común que ama las cosas que funcionan. Armado con su PowerPoint atraviesa la lluvia de objeciones de aquellos alumnos que no se resignan a que no es éste el lugar ni el momento para plantear preguntas por el sentido o conceptualizaciones globales del hombre.

Al acompañarlo en su recorrido, descubriremos que del espíritu de la revolución cuyo nombre aún lleva, poco queda, pues se ha abandonado todos los intentos iniciales de introducirse en el campo de la psicología especulativa postulando una definición del hombre y sus motivaciones.

Watson y su historia son poco más que un anecdótico preludio al estudio de los procedimientos actuales y aplicaciones concretas del método. De estos, recibimos ejemplos constantes y cercanos (a veces demasiado cercanos) que se esfuerzan por convencernos de la plausibilidad de emplearlos.

Sábato nos dice que las matemáticas parecen tan difíciles, sólo porque su simplicidad deja en evidencia las fallas del razonamiento que en los campos nebulosos de la política y la filosofía pueden esconderse con facilidad.

Con un conciso vocabulario específico acotado a las necesidades de descripción que requieren los mecanismos estímulo/respuesta, Conductual nos presenta un campo de estudio equivalente, pues podemos adentrarnos sin miedo en la discusión conceptual, a salvo de quedar atrapados en las complejidades de un lenguaje siempre cambiante.

por El Ecléctico

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